¿Qué es el tabaquismo?
El tabaquismo es una enfermedad crónica, adictiva y recidivante -tiende a reaparecer-. De hecho, la Organización Mundial de la Salud la clasifica como un trastorno mental y del comportamiento, remarcando así la idea más actual de concebir el tabaquismo como enfermedad y no simplemente como un mal hábito.
¿A quién afecta?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (2017), el tabaco mata cada año a más de 7 millones de personas en todo el mundo. En España, es la segunda sustancia psicoactiva más extendida en la población, tal y como se recoge en el informe “Tabaco y Cáncer en España” del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), ocasionando más de 50.000 muertes al año.
La mayor cantidad de fumadores nuevos se encuentra en el rango de edad más joven, entre 15 y 24 años, aunque, afortunadamente, el número de fumadores en España ha ido disminuyendo con el paso de los años.
¿Cuáles son las causas del tabaquismo?
Las razones que llevan a las personas a fumar y a mantener dicha conducta son diversas y relacionadas con diferentes naturalezas:
- Conducta aprendida: especialmente en sus primeras etapas, donde múltiples factores de índole social, genético, ambiental y personal convergen al unísono, interactuando todos entre sí y facilitando el comienzo del consumo.
- Conducta social: por medio de automatismos y condicionamientos ligados al entorno, se consolida e integra mecánicamente en nuestras actividades más cotidianas.
- Potente adicción física y psicológica: por encima de todo, la nicotina es el principal componente psicoactivo responsable de que aparezca la dependencia hacia el tabaco y el primer responsable de que se perpetúe su consumo. Esto explica las dificultades reales que presentan muchos fumadores para conseguir dejar de fumar.
¿Qué síntomas presentan las personas fumadoras?
La ausencia de síntomas en las primeras etapas del consumo de tabaco puede transmitir al fumador, erróneamente, una falsa sensación de seguridad pero, según avanza su consumo, irán apareciendo síntomas respiratorios vinculados al efecto irritante del humo del tabaco y de las más de 4.000 sustancias tóxicas identificadas en él. Estos síntomas dependerán, en sus formas e intensidad, del tiempo y la cantidad de consumo que muestre cada fumador.
En líneas generales, los principales síntomas respiratorios presentes en los fumadores son:
- Irritación faríngea.
- Tos.
- Expectoración.
- Dificultad respiratoria progresiva (en fases más avanzadas).
- Falta de tolerancia al ejercicio (en fases más avanzadas).
¿Cuál es el tratamiento más indicado para hacer frente al tabaquismo?
Dejar de fumar es, sin duda, la decisión personal que consigue mayor impacto beneficioso en la salud presente y futura de una persona. Además, cualquier intento de abordaje del tabaquismo debería ser planificado teniendo en cuenta que se trata de una enfermedad crónica adictiva. Desde este punto de vista, el mejor tratamiento es aquel que combina el aspecto farmacológico con el apoyo psicológico cognitivo-conductual.
En este sentido, el tratamiento con fármacos debería ofrecerse a cualquier fumador que quiera realizar un intento serio por dejar de fumar, salvo en los casos donde coexistan contraindicaciones médicas o situaciones donde no se dispongan evidencias sólidas sobre la seguridad o eficacia de los mismos (embarazo, niños y adolescentes y fumadores de menos de 10 cigarrillos diarios).
Actualmente, se reconocen como fármacos de primera línea en el tratamiento del tabaquismo:
- Terapia sustitutiva con nicotina en todas sus presentaciones: parches, chicles, caramelos para chupar, espray nasal e inhalador bucal.
- Bupropion: fármaco con propiedades psicoestimulantes indicado para el cese del tabaquismo, ya que disminuye la ansiedad y los síntomas de abstinencia a la nicotina.
- Vareniclina: medicamento que actúa reduciendo el efecto de la nicotina en el cerebro y reduciendo la ansiedad causada por el síndrome de abstinencia.
- Otras terapias alternativas, como la hipnosis, la acupuntura o el empleo de cigarrillos electrónicos, no cuentan con evidencia consistente sobre su eficacia en la deshabituación tabáquica, lo que no permite emitir recomendaciones sobre su uso.
¿Qué consecuencias tiene el tabaquismo en la salud?
El tabaco mata a una persona cada 6 segundos en el mundo y, en España, supone la primera causa aislada de enfermedad evitable, invalidez y muerte prematura, estando presente como factor de riesgo en 6 de las 8 principales causas de muerte. Una de cada tres de estas defunciones son muertes prematuras que acaecen en personas jóvenes que están en plenitud de su vida.
Asimismo, el tabaquismo es la causa reconocida de:
- 29 enfermedades de diversa índole.
- Más del 85% de los casos de bronquitis crónica.
- 95% de los casos de cáncer de pulmón.
- 30% de todas las cardiopatías coronarias.
En las mujeres embarazadas, el tabaquismo origina:
- Un aumento de los abortos espontáneos.
- Recién nacidos de bajo peso.
- Mayor número de complicaciones durante el embarazo y el parto.
¿Cómo se puede prevenir la adicción al tabaco?
Para la prevención de la adicción al tabaco en la sociedad, se deben ofrecer las estrategias y conocimientos necesarios sobre los peligros y consecuencias del consumo de tabaco. Es importante recordar que la iniciación al consumo de tabaco en nuestro contexto sociocultural se lleva a cabo en la edad escolar, hasta el punto que la mitad (48%) de los jóvenes de 14 a 18 años ha probado alguna vez el tabaco, guiados por la transgresión de la norma, la experimentación y la integración en el grupo.
Por tanto, la labor de la escuela y el ámbito familiar en la prevención del consumo de tabaco entre los jóvenes es, a día de hoy, clave en nuestro país.